Cada día que pasa es un día que no vuelve.


“Espero que todo lo que diga pueda ser utilizado en mi defensa, que dios este conmigo en tu consciencia  y puedas perdonar”…este trozo de un vallenato que habla de un hombre enamorado que sabe que nunca será recompensando por la mujer que ama y él no quiere aceptarla  solo como amiga. Que tozudo le digo: suelta a esa mujer, se feliz hombre!

Nuestros  corazones se la pasan acelerados y  hay veces  prefieren detenerse y  morir antes de aceptar que las cosas muchas veces no resultan como esperamos.

Tengo una amiga que sufre demasiado porque su hijo le confesó que es gay, y yo le digo, comadre no sufra, ame a su hijo con todo su corazón, con toda su alma tal cual como es, ella me mira y salimos a comprar lo que no venden en las boticas, “el momento presente”, no tomamos un café y seguimos conversando dejando que la  voz fluya y la conversa surja sin pretensiones. 

La vida no hay que planearla demasiado le digo, simplemente vivirla. A veces estamos tan afanados en que todo ocurra como esperamos o como creemos que será mejor y nos  perdemos la oportunidad de disfrutar el proceso, a veces la vida viene  llena de regalos de sufrimientos, pero,  sufrir es sentir, y es mejor vivir sintiendo cada experiencia.


En definitiva cada día que pasa no retorna,  por lo tanto decidamos no vivir a lo loco, pero si dejar que la locura  por sentir cada momento sea el fin de nuestro vida: juega, ríe, baila, pasea, abraza, inventa, lee, escribe, acompaña a otro, toma café con las amigas,  organiza reuniones de amigos o familiares.

Cada día que pasa es un día que no vuelve!


Sentir y relajar el cuerpo

Al meditar nos encontramos con una alta gama de sensaciones tanto en cuerpo como en la mente. El gran valor del silencio está en que crea un...