Cada día
que pasa es un día que no retorna.
“Espero
que todo lo que diga pueda ser utilizado en mi defensa, que dios este conmigo
en tu consciencia y puedas perdonar”…este
trozo es de un vallenato que habla de un hombre enamorado que sabe que nunca será recompensando
por la mujer que él no quiere aceptar solo como amiga.
Nuestros
corazones se la pasan acelerados y hay veces prefieren detenerse y morir antes de aceptar que las cosas no
resultan como esperamos; tengo una amiga que sufre demasiado porque su hijo le confesó
que es gay, y yo le digo, mujer no sufras, ama a tu hijo con todo tu corazón, con
toda tu alma tal cual como es, ella me mira y salimos a comprar lo que no
venden en las boticas, “el momento presente”.
La
vida no hay que planearla demasiado, simplemente vivirla a veces estamos tan
afanados en que todo ocurra como esperamos o como creemos que será mejor y nos perdemos la oportunidad de disfrutar el
proceso, a veces la vida viene llena de
regalos de sufrimientos, pero, sufrir es
sentir, y es mejor vivir sintiendo cada experiencia.
En
definitiva cada día que pasa no retorna,
por lo tanto decidamos no vivir a lo loco, pero si dejar que la
locura por vivir plenamente cada momento sea el
fin de nuestra existencia: ríe, baila, pasea,
organiza reuniones de amigos o familiares, encuentra salidas.